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Hace unos 20 años, cuando una empresa o un escritor independiente querían montar su propia página web, se requería contactar un perfil tecnológico especializado que les ayudara a estructurar este espacio digital valiéndose de su conocimiento en torno a códigos y lenguajes de programación.

Esto no solo era demorado, sino también costoso y engorroso de cierta manera. Requería interpretar y estructurar lenguajes y códigos binarios para que permitieran la consolidación de una página web que, a pesar de todos los esfuerzos, muchas veces no era flexible y personalizable.

Un caso parecido se vivía con el desarrollo de aplicaciones en entornos empresariales. En realidad, eran muy pocos los fabricantes que ofrecían servicios IaaS y PaaS costo eficientes para la creación de este tipo de soluciones que se restringían únicamente a arquetípicos ejemplos de ERP y CMS alojados en infraestructuras On Premise con todas y sus limitaciones naturales.

Referente a las aplicaciones, la nube no aparecía aún como un importante soporte y la arquitectura de estas soluciones se hacía al estilo monolítico -de una sola pieza-, lo que las hacía vulnerables a fallas y caídas repentinas al no contar con un Backup operativo. Con el auge del Cloud y la arquitectura de microservicios, esta realidad cambió sustancialmente.

Estos escenarios mejoraron con la llegada de soluciones famosas como Wordpress que permitieron a cualquier persona u organización lanzar un blog o una página web sin saber necesariamente de programación. Su éxito se basó en el aprovisionamiento de plantillas personalizables que eran capaces de ser movidas y posicionadas según las necesidades de arquitectura que tuvieran los usuarios.

Con la llegada de este tipo de soluciones, muchas de ellas en servicios como plataforma, se consolidó la filosofía digital del Low Code, término que fue acuñado por primera vez en 2014 por la consultora e investigadora de mercados y tendencias, Forrester Research, y que adquirió mayor fuerza en los próximos años ante la progresiva simplificación de las herramientas tecnológicas, la exponencial demanda de soluciones web y la escasa oferta de programadores realmente cualificados.

Según las últimas previsiones de la consultora Gartner, el mercado mundial de tecnologías Low Code alcanzará los USD$26.900 millones de dólares en 2023, un 19,6% más que el año pasado.

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Con el Low Code usted también puede ser un as en programación básica.

Contrario a lo que se piensa, la filosofía del Low Code no propende a eliminar a los programadores. Por el contrario, fomenta una cultura de la innovación digital más inclusiva, reduciendo al mínimo el desarrollo manual de código con plataformas que ofrecen una interfaz visual con características funcionales de ‘drag and drop’.

Así las cosas, el rol que desempeñan los programadores puede enfocarse en tareas de más valor para los negocios, mientras que otro tipo de perfiles de TI, capacitados previamente, siguen creando y disponibilizando plataformas y soluciones totalmente alineadas con sus necesidades operacionales a través del Low Code.

Bajo ese entendido, con plataformas de software intuitivas y sencillas cualquier colaborador podrá crear una aplicación que le permita a él y su equipo hacerles una monitorización precisa a los proyectos, delimitando responsabilidades, objetivos alcanzados, tareas pendientes y fechas cruciales.

Experiencias empresariales que demuestran el empoderamiento y la democratización del Low Code.

A lo largo del tiempo, Controles Empresariales ha acompañado a diversos negocios que a través del Low Code han podido potenciar su productividad y competitividad con el desarrollo de aplicaciones versátiles y personalizadas.

Lo anterior ha sido posible usando las facilidades de la Power Platform de Microsoft que permite a los usuarios y organizaciones crear aplicativos de una manera fácil y rápida con Power Apps; analizar datos mediante el uso de Power BI; automatizar procesos para mejorar la productividad utilizando Microsoft Power Automate y crear potentes chatbots con inteligencia artificial a partir de Microsoft Power Virtual Agents.

Estas sorprendentes funcionalidades han sido implementadas dentro de la operatividad de compañías internacionales. Una de ellas, por ejemplo, buscaba desplegar una serie de soluciones que le permitieran potenciar los tiempos en que se hacían las solicitudes al almacén y los despachos de las mercancías, así como fortalecer la comunicación y la colaboración entre sus diferentes equipos.

No obstante, uno de los mejores casos que sirven para ejemplificar el amplio poder del Low Code se haya en la empresa líder del sector de la construcción en el Perú y que brinda acompañamiento en torno a concesiones de infraestructura y desarrollos inmobiliarios.

En esta ocasión y a través de la Power Platform de Microsoft, la compañía logró el despliegue de más de 15 aplicaciones enfocadas en diversas áreas neurálgicas de su operación desde Recursos Humanos, hasta Compras y Facturación.

Lo que hace especiales a estas experiencias fue el nivel de empoderamiento que tuvieron los colaboradores y el personal de TI dentro de estos negocios quienes, a través de los especialistas de Controles Empresariales, supieron adaptar las funcionalidades del Low Code y la Power Platform para crear aplicativos personalizados y con respuestas claras a sus requerimientos.

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En la nube y el Low Code se encuentran más oportunidades.

Para nadie es un secreto: la nube es y seguirá siendo la infraestructura ideal para los negocios de hoy, especialmente en aquellos cuya demanda de servicios es escalable y dinámica. Hay que tener en cuenta que según la consultora IDC los sectores que más invierten recursos en su adopción son la manufactura (USD$19 mil millones), los servicios profesionales (USD$ 18 mil millones) y la banca (USD$16.7 mil millones).

Cuando la nube se convierte en un aliado estratégico para las empresas, los primeros en disfrutar de sus facilidades son los colaboradores. Desde acceder a información de manera remota hasta colaborar de manera activa a través de las plataformas, diariamente los empleados de estas empresas interactúan con el Cloud Computing potenciando sus experiencias y satisfacción.

De hecho, Skyhigh, empresa especializada en ciberseguridad empresarial, detalla que el colaborador promedio emplea alrededor de 36 servicios basados ​​en la nube en su cotidianidad. Esto incluye, desde luego, las aplicaciones de negocio.

En ese sentido, considerando que el objetivo del Low Code es construir aplicaciones empresariales de manera rápida, nubes como la de Azure permiten ampliar estas soluciones y escalarlas conforme la demanda del negocio se reduce o se amplía. Así se garantizará una mayor disponibilidad de las aplicaciones creadas con código abierto y la democratización de su conocimiento continuará creciendo.

“El Low Code aunado a la nube están logrando un hito importante dentro de las organizaciones: la descentralización del conocimiento y su democratización. En Controles Empresariales hemos encontrado muchas experiencias que demuestran que a través de nuestro acompañamiento y de soluciones como las de Microsoft, los clientes se empoderan de la tecnología y la personalizan conforme sus necesidades. Eso es darle a la innovación un rostro más humano”, comenta Jorge Parra, líder del dominio de Business Applications.

Ahora se sabe: el Low Code está revolucionando la manera de entender y adoptar la tecnología. Ya no basta con adquirir e implementar productos tecnológicos rígidos. Las empresas y sus colaboradores quieren soluciones ‘maleables’ que permitan ser modificadas según sus necesidades y prioridades diarias. La flexibilidad y la personalización de convirtieron en una norma frente a la transformación digital.