Los accidentes pasan y pocos son conscientes de ello. Y en los entornos empresariales, la ley de Murphy hoy más que nunca cobra mayor relevancia: Si algo puede salir mal, saldrá mal. La clave para tener éxito en la mitigación de cualquier riesgo es identificarlo, reconocer su relevancia y consolidar respuestas proactivas.
A lo largo del globo terráqueo, los negocios se enfrentan a múltiples amenazas que ponen a prueba su capacidad de resistencia. Algunos de estos eventos indeseados son los desastres naturales, la guerra, los atentados terroristas, los accidentes, los errores humanos y los cada vez más populares ataques cibernéticos.
Por ejemplo, recientemente el mundo fijó con sorpresa sus ojos sobre Turquía y Siria, países en los que un terremoto de 7.8 y 7.5 grados, respectivamente, sacudió sus bases y puso en jaque millones de operaciones. En ese escenario, miles de empresas de diferentes tamaños fueron golpeadas no solo estructuralmente; sus sistemas e infraestructuras tecnológicas sufrieron pérdidas y fugas de información que, en la mayoría de los casos, significaron un freno total para las operaciones y un decrecimiento de su productividad.
Frente a tales situaciones -y considerando la premisa de la ley de Murphy-, las empresas deben comenzar a considerar la estructuración de planes de contingencia que les permitan, entre otras cosas, acceder a datos e información cruciales del negocio en caso de un evento inesperado que las ponga, literalmente, “entre la espada y la pared”.
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Disaster Recovery, la luz al final del túnel.
Un plan de recuperación ante desastres (Disaster Recovery, en inglés) es un documento formal que consolida los pasos para que una organización recupere eficientemente el acceso a sus datos y sistemas tecnológicos luego de un evento crítico.
Esta guía, a diferencia del Business Continuity, se centra en la recuperación de una parte específica de las empresas que involucra sus comunicaciones, infraestructura tecnológica y datos.
Lo anterior lo diferencia sustancialmente del Backup que protege simplemente contra eventos como fallos del host y ataques cibernéticos, resguardando copias de seguridad de aplicaciones y bases de datos, por ejemplo.
Bajo ese entendido, el Disaster Recovery se propone, por un lado, restaurar las comunicaciones y la infraestructura de TI de los negocios en el menor tiempo posible y, además, garantizar el acceso a la información recolectada en circunstancias normales.
A partir de lo anterior, los expertos recomiendan que este tipo de respuesta proactiva consolide seis puntos esenciales:
- Una lista completa de los principales activos del negocio que son vulnerables y deben restituirse con premura una vez suceda la crisis.
- La determinación de los posibles escenarios de crisis.
- Los pasos que hay que seguir en caso de un incidente.
- Establecer las responsabilidades operativas del negocio y los roles involucrados.
- La construcción de un plan de comunicaciones que brinde contexto y respuestas corporativas ante un desastre.
- Un plan de entrenamiento en torno a las maneras correctas de lidiar con una crisis a nivel organizacional.
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La tecnología, una aliada poderosa que complementará su plan de Disaster Recovery.
En tiempos volátiles y con cambios geopolíticos y geológicos constantes, las empresas no solo deben tener a la mano un plan robusto de Disaster Recovery. También deben soportarlo en las mejores soluciones tecnológicas, especialmente aquellas que se basan en la nube y sus servicios.
Afortunadamente hoy existen aliados estratégicos en el mercado que brindan facilidades asequibles para fortalecer y hacer más eficientes los planes de recuperación ante desastres. Uno de ellos es Microsoft Azure que, a través de Azure Site Recovery, ayuda a las empresas a seguir trabajando durante las interrupciones de TI importantes que se puedan presentar.
Azure Site Recovery ofrece facilidad de implementación, rentabilidad y confiabilidad, implementando procesos de replicación, conmutación por error y recuperación con Site Recovery para mantener las aplicaciones de negocio activas durante interrupciones planeadas y no planeadas.
“Para la restauración de las aplicaciones y sistemas de un negocio luego de un evento inesperado es vital contar con soluciones que minimicen el tiempo de inactividad y la pérdida de datos, al tiempo que brinden una recuperación rápida y confiable de las aplicaciones en instancias On Premise o en la nube. En ese escenario la ayuda de socios como Controles Empresariales es una premura ya que podemos aconsejar las mejores soluciones para fortalecer un plan de Disaster Recovery sólido soportadas por partners como Microsoft”, comenta Fernando Grillo, líder del dominio de Data Center & Cloud en Controles Empresariales.
En medio de un mercado y tendencias de consumo acelerados, en donde los datos y las aplicaciones son herramientas indispensables para tener éxito, las empresas no deben pasar por alto la relevancia de ser proactivas y consolidar planes de recuperación una vez suceda un incidente que las ponga a prueba. No hay que olvidarse de que la proactividad y la seguridad son más eficientes -y económicas-, que la reactividad y la imprudencia.