Los dos últimos años han resultado ser un punto de inflexión para las compañías de todo el mundo: Adaptarse tecnológicamente para sobrevivir al contexto e involucrar recursos que impulsen el bienestar y productividad de sus colaboradores han sido máximas irrefutables. En ese escenario, la nube se impuso como la aliada estratégica de los negocios al proveerles grandes ventajas en materia de almacenamiento y seguridad en sus operaciones.
Y las cifras lo comprueban. De acuerdo con la consultora Gartner, el gasto mundial solo en servicios de nube pública superará los USD$480 billones para finales de 2022, fenómeno que llevó en su momento a diversos expertos a señalar que el mercado de la computación en la nube llegará a rondar los USD$947.3 billones para 2026, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 16.3%.
Esta tendencia en auge ha impulsado a los CEO y sus respectivos líderes de TI a formular estrategias corporativas de adopción Cloud que se evalúan de manera constante bajo los parámetros de la coherencia, las oportunidades de expansión en el mercado y el nivel de réditos financieros que este recurso puede asegurar al momento de maximizar el valor comercial de las compañías.
En esa trama de análisis y estadísticas, recientemente ha florecido un nuevo factor que los líderes empresariales están priorizando: La flexibilidad, un rasgo de la nube que permite adaptar las extensiones del servicio de acuerdo con la demanda y necesidades específicas del negocio.
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¡Bienvenidos a la era del Modelo de Servicios de Infraestructura del Borde a la Nube!
La migración a la nube, aunque se trate de un rasgo abrasivo de la transformación digital, también ha significado un reto para muchas compañías alrededor del mundo. Y es que, en la mayoría de las situaciones, las empresas encuentran que existen algunas cargas de trabajo que no pueden hacer esa transición y, por ende, deben permanecer en modalidad On Premise por diversas razones.
Algunas de ellas pueden ser la soberanía de los datos; el cumplimiento normativo del mercado o de los países donde operan; la gravedad de la información alojada o porque existen aplicaciones heredadas y monolíticas para las que resulta demasiado complicado realizar la migración.
No obstante, hay más. De acuerdo con la experiencia de Controles Empresariales, incluso en los casos en los que sí es posible la migración y la conjugación de dos o más ambientes de nube, es usual encontrar que no existe cierto nivel de ‘elasticidad’ en el servicio a la hora de reducir o agrandar las capacidades que requieren los negocios.
Esta problemática significa una coyuntura financieramente desgastante para la mayoría de las organizaciones que compran más capacidad de almacenamiento de la necesaria. Un estudio de Futurum Research, firma especializada en la investigación del mercado tecnológico, encontró que el 67% de las empresas sufre de un exceso de inversión en soluciones de almacenamiento y, además, más de un tercio se ha quedado sin capacidad o ha experimentado grandes índices de utilización que repercuten negativamente en el rendimiento, incluido el tiempo de inactividad.
Un ejemplo de lo anterior son los Retails los cuales deben escalar con antelación sus capacidades ante eventos comerciales como el llamado ‘Cyber Monday’. En dichas situaciones, cuando se acaban las ventas, toda esa capacidad adicional permanece sin uso, significando grandes costos operativos y desviando recursos que podrían servir para otro tipo de iniciativas de negocio.
Para tales efectos, en el mercado tecnológico viene madurando un concepto revolucionario por los beneficios que le brinda a las compañías: El Modelo de Servicios de Infraestructura del Borde a la Nube, un servicio que permite que las empresas implementen uniformemente una plataforma del extremo a la nube en el centro de sus datos o en las instalaciones de co-ubicación, pagando solo por las capacidades que realmente usan.
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¡Imagínelo! ¡Una estrategia Cloud que le permitirá pagar un precio razonable solo por lo que su negocio consumió!
Incursionar con un modelo alternativo de pago por consumo como el mencionado, no solo le permitirá a su negocio reducir los costos en términos de servicios Cloud. También le permitirá potenciar factores cruciales hoy en día como el ‘Time to Market’, o tiempo en que le provee servicios y productos a sus clientes; potencializar las tareas y el valor de sus profesionales de TI y mantener e, incluso, fortalecer el control y la gobernabilidad sobre sus centros de datos.
En ese sentido, es prudente mencionar que para que este modelo le garantice los resultados que se mencionaron con anterioridad es prudente implementar una plataforma tecnológica del extremo a la nube en el centro de sus datos o en las instalaciones de co-ubicación de su negocio. Esta solución, a su vez, se debe caracterizar por ser ágil, de fácil implementación, intuitiva, gobernable y, sobre todo, construida sobre los mejores estándares de seguridad de la industria.
“Para Controles Empresariales, compañía que ha liderado la transformación digital de los negocios por más de tres décadas, el auge del Modelo de Servicios de Infraestructura del Borde a la Nube significa una llamativa apuesta del mercado TI por garantizarles a los líderes de negocio opciones viables para hacer de la nube una experiencia satisfactoria y financieramente rentable”, señala Martín Barragán, líder de Negocios Corporativos de la línea HPE.
Sin embargo, también demuestra el compromiso de fabricantes como HPE por permitir que cada vez más compañías tengan acceso al innovador mundo de la transformación digital con soluciones como GreenLake, un examen que todas las organizaciones de la sociedad productiva hoy deben aprobar para ser más competitivos, versátiles e inteligentes en un mercado tan volátil.
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